lunes, 2 de noviembre de 2009



Las horas enamoradas



Debes saber que en los relojes, hay dos horas que están enamoradas una de la otra. Las dos y las siete, viven una historia de amor en secreto, pues las demás horas no saben nada.


¿Sabes cómo se comunican? Es muy fácil. El horario y el minutero, es decir, las agujas del reloj, hacen de mensajeros. ¿Que las dos le quiere dar los buenos días a las siete?, pues se lo dice al minutero y en veinticinco minutos los recibe las siete. ¿Que las siete le manda un buenas noches a las dos?, pues va el minutero y se las hace llegar a las dos y treinta y cinco minutos.

El horario, como es tan lento, no recibe muchos mensajes para entregar, pues ya ha pasado más de una vez, que cuando ha llegado el momento de darlos, se ha olvidado. Y es que tarda tantas horas en ir de un lugar a otro el reloj.


Recuerda siempre, que cuando son las dos o las siete en punto y en el reloj suenan las campanadas, en realidad son besos que se mandan estas dos horas tan tortolitas.


Ocurrió una vez que un reloj se quedo sin cuerda y el horario se paro en las siete y el minutero en las dos, es decir, marcaban las siete y diez. Así que las dos horas enamoradas tuvieron la oportunidad de decirse un montón de cosas, pues las siete se las decía al horario y el horario al minutero, y el minutero a las dos y viceversa. Estuvieron cinco horas seguidas hablando.


En fin, ya no te aburro más con esta historia, pero si te diré que si algún día te pica la curiosidad, acércate a un reloj cuando las agujas pasen por las dos o las siete, y quizás si pones mucha atención podrás oír algún que otro mensaje de amor.


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Autor : Fran Nuño

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